Existe un dispositivo que resulta esencial en muchos casos relacionados con la seguridad, como activarse un sistema de alarma o detenerse una cadena de producción de forma automática.
Se trata de un sensor magnético, una solución empleada en diversas aplicaciones por su capacidad de enviar señales para activar los mecanismos necesarios que pueden hacer funcionar, o determinar diferentes sistemas complejos.
¿Qué es y cómo funciona el sensor magnético?
Se tratan de elementos que pueden detectar los campos magnéticos generados por electroimanes y corrientes eléctricas. Son usados para medir en tiempo real, y sin ningún tipo de contacto.
El dispositivo puede estar conformado por diferentes transductores, dependiendo de la función que deba cumplir.
Uno de ellos es la magneto resistiva, el cual tiene un arreglo de resistencias que fluctúa el óhmico cuando el campo magnético se acerca. Otro transductor es el Reed Switch, conformado por un interruptor con platino pequeño, el cual se abre y cierra cuando se acerca a un campo magnético.
Por último, se encuentra el Circuito LC, conformado por un circuito capacitor-inductor, cuya resonancia cambia cuando el campo magnético se acerca al sensor. Hoy día, el sensor magnético se utiliza con frecuencia en múltiples automatizaciones por su gran variedad de funcionalidades.
Principalmente, se diseñan con tecnología moderna, garantizando una máxima eficiencia en aplicaciones industriales determinadas y en condiciones externas complicadas.
Funcionamiento del sensor
El sensor magnético está formado por dos elementos que trabajan de manera coordinada, de esta manera se activan cuando detectan una disfunción en el campo magnético.
Es decir, si se coloca uno en un marco fijo y otro en uno abatible en una ventana, cuando se abra se producirá una alteración en la lectura, disparando el accionamiento de un interruptor al trasmitir una señal de alarma.
Para el correcto funcionamiento del sensor, se debe integrar un transductor específico, dependiendo de la aplicación final del dispositivo, el cual enviará la señal a un amplificador al detectar la alteración en el campo magnético, ubicado entre los dos polos del sensor.
La señal generada se envía a un comparador calibrada que va conectado con un circuito de disparo. Al activarse, produce una indicación que es recibida por el dispositivo de control, activando el mecanismo para el cual está diseñado el sensor magnético.
Los diferentes elementos del sensor magnético se encuentran dentro de carcasas que los pueden proteger de forma eficiente, resistiendo mejores condiciones agresivas, como el polvo, la temperatura o la humedad, de acuerdo a las condiciones del entorno industrial donde se aplica.
Las aplicaciones del sensor magnético son muy variadas, siendo una solución que se puede integrar en muchos tipos de automatizaciones a nivel industrial.
En las aplicaciones comerciales, se utiliza en los instrumentos de medición, determinaciones de posición, o en la detección de niveles. También en sistemas de alarmas, de control y de detección de movimientos.
En la seguridad de control de accesos, el sensor magnético tiene un uso importante, al igual que su integración en compuertas, o aperturas y cerrados de sistemas de embalaje.
Principales características del sensor magnético
El sensor magnético se puede integrar fácilmente en diferentes equipos y aplicaciones, siendo capaces de cubrir una amplia variedad de necesidades, gracias a las características del dispositivo.
El sensor cuenta con un sistema de comunicación bidireccional, con una estructura elaborada en materiales sólidos que resistir bien condiciones agresivas. Tampoco desprende materiales inflamables, por lo que se pueden utilizar en entornos y con equipos donde exista el riesgo de explosión.
Su alta capacidad de funcionamiento es bastante alta, aunque su batería se esté acabando, siendo posible que envíe señales a diversos equipos al mismo tiempo con la misma eficiencia y rapidez.
Dependiendo del modelo, las opciones de conectividad son variadas. Incluso puede usarse con tecnología inalámbrica, por lo que es capaz de funcionar de forma óptima hasta en rangos de 300 m.
¿Qué tipos hay en el mercado?
Existen diversos tipos de sensores magnéticos para elegir en el mercado, de acuerdo a la función del entorno industrial.
Por un lado, están los sensores de émbolo magnético, estos son sensibles a un polo o a los dos, y son capaces de crear una conmutación electrónica cuando está en presencia de un campo magnético exterior.
Los sensores magneto resistivos efecto Hall, son aplicados para la monitorización de velocidades y posiciones de varios elementos ferrosos, como los husillos o las cremalleras, por ejemplo.
Mientras que los sensores magneto resistivos efectivo Pick-Up, producen pulsos analógicos cuando detectan las presencias de materiales ferrosos. Por este motivo, se utiliza con frecuencia en el monitoreo de engranajes para la detección de sus velocidades en las ruedas.
Por último, se encuentran los Interruptores reed, conocidos como “lengüeta”, estos se emplean como sensores de final de carrera y se activan al detectar un campo magnético. Están formados por dos láminas metálicas, elaboradas con materiales ferromagnéticos que se introducen en el interior de una cápsula de cristal.
Gracias a esto, los sensores magnéticos son una solución que optimiza el automatismo de diferentes equipos, logrando la funcionalidad adecuada para los procesos industriales, y en algún tipo de necesidad dentro del sector de la seguridad.